Quitamos los tapacubos, que están muy bien conservados.
Al quitar las ruedas y llevarlas al Gómez (El Pico) nos hemos encontrado que en la llanta, escrito en rotulador, está el nombre de mi tia Carmen, que debió llevar a reparar al mismo sitio un pinchazo en 1985 o 1986. La letra, como reconocen Mari y Manuel, es la de Paco, ya fallecido. Debía tener 27 o 28 años cuando la reparó. Qué casualidad y qué curioso!

Las llantas están bien, algo sucias. Por supuesto que son con cámara, que hemos sustituido. Equilibrado y a montar.

El coche ya montaba cuatro frenos de disco.

Ya tiene zapatos nuevos para andar. Ahora a ver si conseguimos arrancarlo!
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